*Proveniente de Bélgica, Nele Vandeneynde fue atrapada por la selva veracruzana, donde sentó un hogar entre la flora y la fauna y hoy hace uso de todas las propiedades que tienen para cuidar la salud de sus seres queridos y de habitantes de la zona
Nadia Carrión
Soteapan, Ver.- Sin hablar español se enamoró de las tierras veracruzanas.
Nele Vandeneynde llegó, hace más de 20 años, procedente de Bélgica a realizar sus prácticas y se internó a la región de Tatahuicapan de Juárez, donde quedó prendida de la naturaleza, gastronomía y su cultura del sur veracruzano.
En la comunidad de Piedra Labrada, amó la calidez de su gente y aún sin poder cruzar palabras podía percibir el cariño y el respeto de sus habitantes.
Nele llegó al sur profundo como parte de su carrera en pedagogía social, pero la atrapó la herbolaria: aprendió sobre la vegetación de la región y ahora cuenta con más de cien platas en su casa.
“Estudié pedagogía social y luego hice una maestría en desarrollo humano en la Universidad Veracruzana en Xalapa, después regresé a Bélgica y ahí estudié la herbolaria”, cuenta con orgullo.
Ese rincón de Veracruz nunca salió de su mente y llegó para quedarse en ese bello lugar perteneciente a Tatahuicapan de Juárez, donde sentó un hogar con un veracruzano amante de la flora y la fauna.
Agradecida con la madre naturaleza hace uso de todas las propiedades que tienen las plantas para cuidar de la salud de sus seres queridos y de los habitantes de la zona, quienes confían en sus conocimientos y recuerdan con cariño cuando llegó y no hablaba el español y ahora los ayuda a aliviar sus males.
“Lo que más hago son tinturas que son pócimas de plantas en una mezcla de agua con alcohol y luego hago un jarabe para las vías respiratorias, repelentes, pomadas y aceites”, detalló.
Solo corta lo que va a utilizar, ya sea que estén en su solar o en la parcela, y de esa forma cuida y respeta lo que nos brinda la madre naturaleza, ayuda a combatir el estrés, problemas digestivos, y mejorar la movilidad de las articulaciones, etc.
Cuenta que ha tenido la fortuna de aprender de grandes personas llenas de conocimiento, como Don “Beto Palma” de Ursulo Galván, quien tuvo la dicha de compartir sus conocimientos hasta los 93 años que dejo de existir.
“Hay muchos problemas digestivos, para eso cultivamos la cúrcuma; eso lo hace Alberto (su esposo), es una raíz amarilla también le dicen azafrán ese es muy bueno para digestión y también para desinflamar, lo procesamos en cápsulas y también hacemos tintura”.
En su línea de productos ecológicos y medicina natural, realiza shampoo, repelentes y polvo dental, las cuales todas son usadas en su hogar buscando alternativa ecológicas.